Introducción
"La intención" es uno de los componentes básicos de cualquier acto mágico, porque involucra la aptitud de provocar cambios según la voluntad de la bruja, la intención no es una idea mental, sino la capacidad y disciplina de la bruja encarnada en su voluntad.
¿Cómo se construye una intención?
En la magia suele darse la advertencia "cuidado con lo que pides, porque puedes obtenerlo", esto debido a que la magia para actuar tiende al camino más fácil, y los efectos secundarios de esto son impredecibles. Un rio que se encuentra obstáculos que bloquean el paso no los destruirá ni los arrastrará sino tiene la fuerza para hacerlo, sin embargo su propósito de fluir es tan fuerte que siempre encontrara un camino.
Una noble intención de conseguir dinero puede materializarse como dinero que ingresa por sufrir un accidente, lo cual también recuerda al dicho popular "de buenas intenciones está construido el camino al infierno", dejándonos la enseñanza de que un corazón e intención noble no está exento de provocar calamidades.
El error
El error que se comete con determinar una intención es tratar a esta como una idea mental o un objetivo, porque esto lleva a actos desasociados de la disciplina y aptitud de la bruja.
La intención es la voluntad encarnada, la voluntad es el conocimiento de sí mismo/a y de todas sus partes, el conocimiento de las capacidades y limitaciones, es el empoderamiento que alimenta al cuerpo, la mente y el espíritu y lo fortalece para provocar cambios que afectan todos los mundos.
La bruja es el alfarero y el barro que debe moldearse, es el herrero y el metal siendo trabajado, porque fortalecer la voluntad implica un proceso de creación y destrucción constante en el ciclo de la transformación.
Es común en los casos donde por desesperación se recurre a la magia para recuperar una pareja sentimental, que esto salga catastróficamente mal, porque una persona que recurre a la magia con ese objetivo sufre de carencias humanas que lo vuelven un barro aguado que se deforma en las manos del alfarero, un metal con demasiadas impurezas imposible de templar para el herrero.
El corazón de la magia es provocar cambios según la voluntad, no la petición de milagros ni la parafernalia de actos rituales, un deportista que se levanta cada mañana a correr y fortalecer sus habilidades físicas, está generando un cambio en sí mismo, involucra su disciplina en la intención de extender sus capacidades atleticas.
Alguien que lanza un hechizo con una gran desesperación o sentido de necesidad a cualquier fuerza divina y sumisamente espera resignado la intervención divina para provocar un cambio, no está realizando verdadera magia, solamente agrava sus carencias humanas.
El hechizo más importe que lanza una bruja es sí misma/o, en cada acto entregamos una parte de nosotros, en cada acto tenemos la oportunidad de integrar algo nuevo.
¿Cómo se construye una intención?
Cuando construimos una intención debemos analizar como se alinea con nuestra voluntad, porque si la intención no es producida como una extensión de nuestra voluntad sino más bien como un capricho o una obsesión esto nos llevará a la carencia del empoderamiento personal y espiritual.
El empoderamiento es la piedra que afila nuestra voluntad para atravesar las carencias humanas que pretenden limitarnos. El amor, sexo, orgullo, poder, respeto, la pasión, libertad... son algunos de los derechos de nuestra humanidad, deformarlos o violarlos con violencia o manipulación provocan la carencia del disfrute de nuestra propia humanidad, reclamar los derechos de nuestra humanidad es un acto rebelde de empoderamiento ante una cultura moderna basada en roles de control y dominación, donde estos conceptos están corruptos.
Fortalecer la voluntad es un proceso constante de transformación, de autoconocerse, de empoderamiento, ocurre en experiencias místicas o cotidianas que enriquecen al ser, cuando puedes ser consciente de tu propio poder creativo puedes unirte al extasis de la magia y provocar cambios en todos los mundos.
Cuando participas activamente de tu poder creativo puedes dirigir con precisión la magia que realizas, porque empiezas a estar más involucrado llenando los huecos que antes generaban los caminos más fáciles pero inoportunos o impredecibles.
- Escrito por Arthur.
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